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Entre los innumerables tesoros que guarda Yucatán, hay uno que brilla con luz propia: Homún, un pequeño pueblo que parece salido de un cuento, donde la selva maya resguarda un universo subterráneo de aguas cristalinas. Si estás buscando una experiencia auténtica, natural y fuera de lo común, recorrer los cenotes de Homún será un viaje que transformará tu forma de viajar y de apreciar la majestuosidad de la tierra yucateca.
A tan solo una hora de Mérida, Homún se ha convertido en uno de los destinos favoritos para quienes buscan una conexión más profunda con la naturaleza y la cultura maya. Su singularidad radica en la cantidad y variedad de cenotes, cada uno con historias, tonos de agua y formas diferentes que parecen esculpidas por la propia tierra. Lejos de las multitudes, aquí podrás sumergirte —literalmente— en uno de los escenarios más impresionantes de la península.
Lo fascinante de Homún es que no es un lugar turístico en el sentido tradicional. Muchos cenotes están ubicados dentro de propiedades familiares o comunitarias, lo que hace que la experiencia sea más íntima, auténtica y solidaria con las comunidades locales. Entre los más recomendados se encuentran el Cenote Santa Rosa, Tza Ujun Kat, Yaxbakaltún y Canunchen, todos con aguas de tonos azul turquesa profundo y rodeados de vegetación exuberante.
Los cenotes no son solamente pozos de agua; son portales al pasado. Para los mayas, representaban la entrada al inframundo, sitios sagrados donde se realizaban rituales y ofrendas. Al nadar en un cenote, no solo te refrescas del calor del trópico, sino que también te empapas de historia viva. La energía que se siente al estar rodeado de estalactitas y escuchar el eco del agua es algo que las palabras no logran capturar del todo… hay que vivirlo.
Muchos de estos cenotes son semiabiertos o completamente subterráneos, accesibles por escaleras naturales o de madera. En otros, un salto desde una plataforma de piedra será tu forma de entrar. Algunos cuentan incluso con instalaciones rústicas o palapas para descansar entre chapuzón y chapuzón.
Llegar a Homún desde Mérida es sencillo y te tomará poco más de una hora. Si viajas en auto, toma la carretera Mérida-Acanceh. Al llegar a este último, sigue los señalamientos hacia Cuzamá y luego a Homún. El camino está asfaltado y bien señalado. Usar un GPS es útil para confirmar tu ruta, pero no indispensable.
Si prefieres el transporte público, en la terminal Noreste de Mérida puedes tomar una “combi” o camión directo a Homún. Estos transportes salen con regularidad desde la mañana y te dejarán cerca del centro del pueblo. Una vez ahí, encontrarás mototaxis que ofrecen recorridos guiados a los principales cenotes, con precios accesibles y flexibilidad en el itinerario.
Para vivir esta aventura de forma cómoda y segura, considera llevar ropa ligera, traje de baño, sandalias de agua o zapatos antideslizantes, toalla y protector solar biodegradable. Muchas zonas aún no cuentan con tiendas cercanas, así que una botella de agua y algún refrigerio vienen bien. No olvides tu cámara acuática, porque el paisaje acuático lo merece.
La mayoría de los cenotes cobran una entrada de entre $50 y $100 pesos por persona. Algunos ofrecen paquetes si visitas varios en un mismo recorrido. La mayoría abren entre 9:00 am y 5:00 pm, aunque algunas opciones más rústicas pueden ser más flexibles.
Homún es un destino pet friendly con ciertas restricciones: si viajas con tu mascota, avisa previamente al encargado del cenote. En cuanto a accesibilidad, algunos cenotes no tienen rampas ni accesos fáciles para personas con movilidad reducida, pero cada vez más sitios están mejorando sus instalaciones. El mejor clima para visitar es entre noviembre y abril, cuando el calor es moderado y las lluvias son mínimas. Evita los días más lluviosos del verano, ya que pueden dificultar el acceso y empañar la visibilidad dentro del agua.
Visitar Homún es mucho más que un paseo de fin de semana. Es una invitación a reencontrarte con la naturaleza, con historias ancestrales y con las raíces más profundas de la cultura yucateca. Cada cenote es una joya natural distinta y cada encuentro con la comunidad local deja una huella amable y memorable. Haz espacio en tu itinerario, prepárate para caminar, nadar y dejarte maravillar.
Así que ya lo sabes: si buscas un destino que combine aventura, historia, belleza natural y cercanía auténtica, Homún te espera con los brazos abiertos y las aguas más cristalinas del sur de México. Vive la experiencia y no olvides compartirla con quienes también buscan un pedazo auténtico del paraíso.
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